sábado, 25 de diciembre de 2010

Papá Noel mediático

Mauricio estaba sereno pero al instante se alborotó. Ya tenía pensado qué le iba a pedir, pero por si acaso, escribió la carta con anticipación, la firmó con su doble M en una conferencia de prensa y la envió a cada una de las redacciones de los diarios. Era necesario que escuchara su deseo.

“Querido Papá Noel, yo que he sido un niño bueno a lo largo de todos estos años, sólo una cosa te pido: va a estar bueno, desalojá”. Simple, elemental, quizá más reducida que otras épocas, pero la sentencia era clara y evidente. Mauricio sabía lo que pretendía y lo expresó lentamente ante las cámaras varias semanas antes de que arribase el hombre rojo, con una parsimonia tal, que casi no se le perdía ni dividía ninguna letra en el pro-nunciamiento.

La tecnología es capaz de llegar cada vez más lejos. TN, también. Y su transmisión en vivo y en directo sobre el repertorio de Mauricio estuvo en el portal de Internet con la velocidad que sólo Fibertel puede brindar. Obvio, así va más rápido. Y el mensaje lo recibió San Nicolás, otra cosa no se podía esperar.

Allí, en su lejana cueva finlandesa, preparó todo lo indicado como para sobrellevar tamaña bolsa de valores. El frio en aquel páramo que rodeaba el taller junto a sus duendes, era sustancialmente insoportable. Los cortes permanentes de luz hacían de ese sitio, un rectángulo no tan agradable para pasar el invierno. Cada tanto, iba y venía sin previo aviso, y los regalos, todos a medio armar. Pero la sorpresa para Mauricio ya tenía su fecha indicada.

Santa Claus enfiló con sus renos sin olvidar el DNI. Sabida cuenta de los prejuicios fronterizos, alivió su sensación el aire nórdico que lo vio nacer. “Soy del norte europeo. Tengo el paso permitido en cada uno de los rincones de este planeta”, sentencia una calcomanía en la parte trasera de su carromato.

Dicen los rumores que ya tiene establecida la idea para ayudar. Y los medios lo reproducen:

“Papá Noel brindaría lotes de su propiedad en distintos puntos aislados de la Capital”, fue uno de los títulos de ayer.

Algunos lo toman con sorna. Creen que la televisión y los diarios engrupen a la bendita gente. Es mejor estar prevenido, ya lo dijo Mauricio: “en cualquier momento pueden usurpar el terreno de la casa de cualquiera”. Entonces, a evitar males mayores.

Según datos estadísticos de entidades privadas, las luces navideñas que se cuelgan en las rejas están electrificadas. Los datos del ente oficial, brindan tranquilidad: la mayor parte del tiempo no hay electricidad para permitirles el funcionamiento.

Las privadas sostienen que los árboles dentro de las casas están diseñados con un material absorbente, peligroso para todo intruso, letal al primer contacto. El Indec, da paz: estamos inmersos en un país con una economía pujante, la textura de cada uno de los materiales está evaluado minuciosamente por los científicos industria argentina, que señalan que el peligro en la absorción queda descartada, ya que está todo hecho a base natural producto de la soja.

Los organismos en manos particulares argumentan que el 52% de los chicos pidió para estas fiestas armamento diseñado en la CIA Enterteiment, como el que se suele observar en las guerras virtuales que muestran constantemente los juegos de la industria CNN para play-station. El 40% quiso una cámara digital último modelo con retrovisor. Sus intenciones, según testimonios recabados a lo largo de la semana, es registrar cada paso que realiza el paraguayo de enfrente desde que llega a la mañana temprano hasta que se va en la madrugada tarde en la construcción de aquel edificio de filial multinacional que le traerá prosperidad y gratificaciones al barrio.

También, los chicos pretenden saber qué busca siempre ese boliviano que cruza la calle desde el taller de costura. Por qué es que tiene tanta libertad para salir de ese cuadrado de tejidos durante dos horas por día.

Finalmente, el 8% remarcó en su carta que quiere viajar al exterior, conocer nuevos horizontes, disfrutar de los paradisíacos paisajes y deleitar la vista con los festivales. Dos son los más repetidos: El Tinku y sus danzas, por un lado; y el festival del Lago de Ypacaraí, por otro. Paradojas.

El registro oficial se defiende: el 100% de los pibes quiere una pelota número 5. Por eso, fútbol para todos.

Más allá de las divisiones, pormenores, contradicciones y diatribas, que hacen que los vecinos y violentos estén desorientados, Papá Noel ya está en camino, con el regalo de Mauricio y su compañía.

El previsto arribo está pautado para las 00:00 en la estación Constitución. Desde ese punto central, partirá y repartirá. Cargamento en los vagones del tren suplantarán a los renos y su tracción a sangre. Eso al menos, es lo que se aclaró en el boletín oficioso de las 17:40 con origen en Finlandia. Un cable de Télam lo reprodujo, agregando que cerca de las 21:35 hora argentina anclaría su trineo en la vieja estación en desuso de Alejandro Korn, al Sur del Conurbano bonaerense.

Aparentemente, Constitución hoy está calma, sin inconvenientes, sin disturbios. Los ánimos que se fueron caldeando, perdieron fuerza a lo largo de la noche anterior. Pero en el territorio de lo impredecible, no todo es color de rosas.

Hay cortes. Sí. Y varios. En Longchamps piquete de repartidores de lácteos de la Serenísima en la calle Berlín. Piden una recomposición salarial por doble pasteurización. En Burzaco impiden el paso del tránsito en la intersección de Avenida Alsina y Espora una docena de kiosqueros que exigen un aguinaldo superior a pesar de los conflictos con las tabacaleras que ya supera varios meses de protesta y provocó la reducción de la productividad. En Lomas de Zamora, puesteros de la peatonal Laprida intentan subirle el precio a los obsequios navideños cuando los clientes se empujan por conseguir la oferta más barata del mercado callejero. En Remedios de Escalada todos los repositores del supermercado Coto que está sobre la Avenida Hipólito Yrigoyen impiden el cruce de los automóviles y un gran desfiladero se asentó sobre la plaza sin posibilidades de continuar viaje. En Lanús cortan directamente las vías del Ferrocarril Roca una veitena de ciclistas que intentan expandir el terreno del velódromo que está a los costados de la estación. Dicen que la tienen que remar mucho para conseguir cumplimentar sus necesidades. Aclaran que eso es complicado, su fuerte está en las piernas. En Gerli el corte no preocupa a nadie. En Avellaneda el problema es más serio. Albañiles que se dedican a sol y a sombra en la remodelación final del estadio de Independiente protestan que por más que trabajen y trabajen, esa cancha no termina más su construcción. ¿Dónde es el epicentro de la escena? El estadio Juan Domingo Perón.

Ergo, no hay trenes. Ergo, las calles están convulcionadas. Ergo, Papá Noel deberá buscar caminos alternativos para llegar a Constitución.

¿Qué le deparará a los ocupantes de predios que desea erradicar Mauricio? Sólo Santa Claus lo conoce. Muchos medios lo intuyen. El boca en boca de vecinos lo repite y consume. Cree y a su vez lo desestima. Mauricio lo pidió: Desalojar.

Hace minutos llegó una información aún poco fidedigna de último momento desde el canal estatal que indica que el propio San Nicolás está en el Parque Indoamericano, desolado, solitario, parcelando terrenos, dividiendo hectáreas para diagramar la próxima venida de futuros habitantes, a los que beneficiará con su mano protectora.

Quizá hasta el propio Papá Noel se avivó de la operación. Tal vez entendió cómo venía la mano. Quién sabe, comprendió cómo hay que jugar este juego.

Esté donde esté, rematando territorio, ocupando campos, cortando avenidas, quemando estaciones, regalando obsequios por doquier, muestra la estirpe de identidad que no conoce su DNI. La viveza del criollo Papá Noel para los negocios, que cumple con los pedidos en beneficio propio. Sea así, o no. Sólo cuento lo que me dicen los medios sobre la actualidad de Santa Claus.

Ni una palabra más, ni una palabra menos sobre aquel, según dicen, señor vestido de verde, lampiño y flaco. Un regalo, para todos los demás…

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